Tegucigalpa. “Sólo queríamos escuchar tu voz”, le dijeron dos policías que se transportaban en motocicleta al director de Radio Globo, David Romero Ellner, para luego reprimirlo con gases lacrimógenos la noche de ayer a inmediaciones del Colegio de Profesores de Educación Media de Honduras (Copemh) en esta ciudad.
El ataque del aparato represor surgió en el contexto de la denuncia hecha por Romero, en base a una publicación hecha por el diario estadounidense “The Baltimore Sun”, donde el secretario de Seguridad, Oscar Álvarez, admitió que se le entrenó para desaparecer a “subversivos en la década de 1980.
“Estábamos platicando con los Compañeros del Copemh para que les ayudáramos con la denuncia de la que estaban siendo objeto cuando llegó una patrulla y me pidió los papeles y luego de decirles que era el periodista David Romero me dijeron ‘gracias, sólo queríamos escuchar tu voz’, cuando regresó una patrulla para echarme gas lacrimógeno”, expresó el afectado.
Romero señaló que el ataque es una represión selectiva contra la casa de radio y su personal encaminado a intimidar y silenciar la verdad de lo expresado al rotativo norteamericano por Álvarez y sostuvo que “estamos frente a un ministro (secretario) fascista, formado por la escuela argentina y gringa en técnicas de tortura y desaparición como él lo confesó en un documento desclasificado por la CIA”.
El comunicador informó a EL LIBERTADOR digital que solicitará a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que proporcione protección tanto a él como a los periodistas de Radio Globo, ya que se encuentran en total indefensión.
La emisora y su personal han sido víctimas de la represión por los aparatos estatales de seguridad desde que se perpetró el golpe de Estado del 28 de junio de 2009.
Para el caso, al periodista Rony Martínez se le ha dado seguimiento por su postura contra la asonada; el reportero Carlos Paz ha sido agredido en varias ocasiones por policías y militares en las movilizaciones de “La Resistencia”; por su parte Mayka Antúnez fue amenazada de muerte por el dictador Roberto Micheletti cuando le consultó si el régimen que jefeó era el más corrupto.
Lo mismo le ha ocurrido a los colegas del canal Globo TV. El director del medio televisivo, Héctor Amador denunció que desconocidos le aflojaron las tuercas de su carro con la finalidad de matarle; el camarógrafo Uriel Gudiel ha sido golpeado varias veces por la policía y ejército en el ejercicio de su trabajo; otros empleados de la estación han sido secuestrados a modo de hacerles “saber” que si continúan trabajando ahí los van a asesinar.
EL LIBERTADOR
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