Como parte de la campaña existente en Honduras en contra de las radios comunitarias, el pasado lunes 31 de enero se hizo público el anuncio de una "consulta" promovida por la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL), para supuestamente suspender el otorgamiento de permisos y licencias de frecuencias radioeléctricas destinadas a la operación de estaciones de baja potencia
(1).
Según informaciones vertidas por el periódico "La Tribuna", la actual administración de CONATEL, señala que existe un alto grado de saturación en la ocupación del espectro radioeléctrico dentro de la banda 88 - 108 Mhz.
Sin embargo el trasfondo de la "consulta" impulsada por CONATEL es más político que técnico, ya que realmente no existe una saturación del espectro radioeléctrico. El trasfondo radica en el monopolio de la elite de poder hondureña en cuanto a la propiedad de los medios de comunicación.
Las radios comunitarias que hay en el país han sido uno de los pocos medios con que cuentan los pueblos indígenas y comunidades campesinas, especialmente durante y después del golpe de estado, para recibir información no adulterada por los intereses de los señores feudales.
Como es de conocimiento público, el golpe de estado en Honduras además de haber sido fraguado por los intereses imperiales de los Estados Unidos, contó con el apoyo e instigación de los medios de comunicación locales, quienes prácticamente en su totalidad iniciaron la defenestración del ex-presidente Manuel Zelaya a los pocos meses de haberse instalado su gobierno.
Es bastante curioso que CONATEL inicie una consulta respecto a las radios comunitarias, cuando se ha venido denunciando el acoso que padecen las emisoras comunitarias y su personal. La radio Faluma Bimetu - pionera de las radios comunitarias en el país, la que cuenta con quince años de haber sido fundada - fue incendiada en enero del año pasado y este año se vio obligada a cerrar temporalmente ante las múltiples amenazas recibidas; mientras La Voz de Zacate Grande, ha sufrido amenazas de demolición y sus reporteras golpeadas además de proseguidas por el Ministerio Público.
Honduras es un país secuestrado por una pequeña elite de poder, totalmente adscrita a la esfera de influencia de los Estados Unidos. Los medios de comunicación se destacan por su habilidad para la distorsión de la información y la
fabricación de consenso. La prensa escrita, especialmente los periódicos de Jorge Larach Canahuati se ha encargado antes y después del golpe de estado de sembrar el odio, y confundir a un pueblo con un grado mínimo de educación.
La Consulta impulsada por CONATEL es vía correo electrónico, siendo este tipo de iniciativa una novedad en Honuras, que no deja de ser elitista; teniendo en cuenta que menos del 10% de la población son usuarios de la internet
(2) y su uso es casi inexistente en las comunidades poseedoras de radios comunitarias.
Para las comunidades indígenas y campesinas, la acción emprendida por CONATEL es una violación a la Convención Interamericana de Derechos Humanos, la cual en su artículo 13. 3 señala: " No se puede restringir el derecho de expresión por vías o medios indirectos, tales como el abuso de controles oficiales o particulares de papel para periódicos, de frecuencias radioeléctricas, o de enseres y aparatos usados en la difusión de información o por cualesquiera otros medios encaminados a impedir la comunicación y la circulación de ideas y opiniones".
A pesar de lo estipulado por la Convención, el Estado de Honduras por intermedio de CONATEL restringe el derecho de expresión, situación que se da no sólo en el caso de las radios comunitarias, dado que los oligopolios de la información se han convertido en una amenaza para la democracia.
En el caso específico del pueblo Garífuna, quienes fuimos nominados como Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad por la UNESCO en el año 2001, hemos sufrido una persistente campaña de homogeneización cultural promovida por los medios de comunicación imperante; siendo las radios comunitarias balbuceos para evitar la perdida de nuestro idioma y tradiciones.
El acoso a Faluma Bimetu y la Voz de Zacate Grande, es producto de la resistencia que presentan a señores feudales tales como Miguel Facusse - el palmero de la muerte- y David Zaccaro -mascara de los empresarios turísticos asociados a Bahía de Tela - los que ven las radios comunitarias como obstáculos para crear el éxodo de las comunidades locales y convertir nuestras tierras en proyectos turísticos.
Organización Fraternal Negra Hondureña, OFRANEH
La Ceiba 2 de Febrero del 2011