Escalada de Femicidios en Honduras: un problema de Estado

miércoles, 9 de marzo de 2011




La impunidad en el caso de los femicidios en Honduras es la ausencia de interés estatal y público en la identificación de los responsables
Durante los dos primeros meses del año 2011 diariamente una mujer hondureña ha sido asesinada. Estos condenables crímenes de odio contra cientos de mujeres en Honduras, mueve a la Campaña Nacional Contra los Femicidios a condenar una vez más la inoperancia del Estado de Honduras en la investigación de dichos crímenes y aplicación de la justicia contra los asesinos de cientos de mujeres; lo que evidentemente deja como resultado un 97% de impunidad en los más de 2,000 femicidios cometidos en el país en los últimos 8 años.
La gravedad de los femicidios no sólo se refleja en el aumento de casos año con año, sino también por el grado de violencia y ensañamiento ejercido contra las víctimas, que incluye violación sexual, tortura y en algunos casos mutilaciones, sin importar el costo social y humano de este tipo de crímenes, que aparte de quitar el derecho a la vida de las mujeres, deja hasta ahora, más de cinco mil niños y niñas hondureñas huérfanas a causa de esta violencia femicida. 
 
Ante la acumulación de estos crímenes, acompañados con estos niveles de impunidad, nos preguntamos ¿cuántos años deberán pasar para que el Estado de Honduras frene tanto horror? 
 
La Tribuna De Mujeres Contra los Femicidios, integrada por: el Foro de Mujeres por la Vida, el Movimiento de Mujeres por la Paz "Visitación Padilla", el Organismo Cristiano de Desarrollo Integral de Honduras (OCDIH), la Asociación Nacional de Organismos No Gubernamentales (ASONOG), la Asociación de Mujeres Defensoras de la Vida (AMDV), la Organización Intibucana de Mujeres “Las Hormigas”, la Coordinadora de Mujeres Campesinas de la Paz (COMUCAP) y la Colectiva de Mujeres Hondureñas (CODEMUH); nos pronunciamos y elevamos nuestra más enérgica protesta ante las instancias nacionales e internacionales para denunciar la indiferencia e inoperancia por parte de las instancias del Estado de Honduras responsables de ejercer la justicia y frenar estos crímenes contra las mujeres. 
 
Las declaraciones misóginas, estigmatizadoras y discriminatorias emitidas por los responsables de impartir justicia y la seguridad ciudadana con relación a los asesinatos de mujeres son indignantes, tales como la siguiente: “debemos entender que hay varias razones del porqué se han incrementado las muertes de mujeres en forma violenta, y en primer lugar está la equidad de género, donde la mujer está participando en nuevos roles, competencias que antes eran propias de los hombres” y “Estos roles implican, situaciones lícitas, e ilícitas, siendo esta la principal causa que permite la participación de mujeres en hechos violentos, porque están ligadas al crimen organizado, bandas organizadas y delincuencia común”[2]; con esta visión, las autoridades públicas pretenden minimizar una problemática de grandes magnitudes que afecta el desarrollo y la vida de los hondureños y hondureñas. 
 
La impunidad en el caso de los femicidios en Honduras es la ausencia de interés estatal y público en la identificación de los responsables, lo que permite entonces la existencia de condiciones en que los femicidios se sigan cometiendo en escalas cada vez mayores en condiciones de ensañamiento y brutalidad. 
 
Hay femicidio cuando el Estado de Honduras no garantiza los derechos de las mujeres y no les crea las condiciones de seguridad para sus vidas en la comunidad, en la casa y en los espacios de trabajo, de tránsito o de esparcimiento. Suceden los femicidios cuando las autoridades no realizan con eficiencia sus funciones para prevenirlos, evitarlos y sancionarlos. El ambiente ideológico y social del machismo, tanto en la sociedad como en las autoridades públicas, alienta estos crímenes. 
 
En ese sentido, exigimos a las instancias públicas responsables de tutelar los derechos humanos y en este caso de las mujeres, asuman su responsabilidad en función de: 
 
1. Que se investiguen y se judicialicen los cientos de casos de femicidios que se encuentran impunes. 
 
2. Que públicamente estas instancias presenten un informe ante la ciudadanía sobre el trabajo judicial y el status actual de investigación de los casos de femicidios. 
 
3. Que se analice seriamente la situación, se planifiquen y ejecuten medidas integrales para combatir las causas y detener los femicidios en Honduras. 
 
4. Que paren de inmediato las declaraciones superficiales, misóginas, estigmatizadoras y discriminatorias con relación a los asesinatos de mujeres, desde las instancias de Justicia y de Seguridad con las que se pretende minimizar una problemática de grandes magnitudes que afecta el desarrollo y la vida de los hondureños y hondureñas. 
 
5. Que el Estado de Honduras respete y haga valer los acuerdos y convenios nacionales e internacionales que ha firmado, para hacer frente a la violencia contra las mujeres y además el marco legal interno el cual está obligado a responder. 
 
6. Que el Estado de Honduras cumpla con las recomendaciones emitidas a partir del Examen Periódico Universal (EPU), entre ellas: 
 
a. Adoptar todas las medidas necesarias para eliminar todas las formas de discriminación, incluida la discriminación indirecta contra las mujeres; garantía global de atención a las víctimas de la violencia de género, la violencia sexual, la trata de personas y la explotación sexual, 
 
b. Poner en marcha medidas de protección para prevenir, combatir y castigar a los perpetradores de violencia contra las mujeres y niños, y conducir una campaña para aumentar la conciencia sobre la violencia contra las mujeres 
 
La Tribuna de Mujeres contra los femicidios, nos negamos a seguir contando muertas sin obtener respuesta y medidas que frenen esta realidad de inseguridad, vulneración y violencia sistemática. 
 
Le recordamos al Estado de Honduras que la violencia femicida es imposible de invisibilizar, tal como lo declaró la Relatora de la ONU sobre la Violencia contra la Mujer, Rashida Manjoo: “El aumento alarmante de asesinatos de mujeres y niñas en el triángulo negro (Honduras, El Salvador y Guatemala) se asienta en una cultura de odio contra las mujeres y en el fracaso de los sistemas judiciales.”


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