En su programa del miércoles 16 de febrero, en plática directa con Rafael Alegría, Eduardo Maldonado aseveró: “Yo no avalo eso que hicieron ayer con el presidente Porfirio Lobo en el velatorio de Israel Salinas. Ahí lo que hubo fue mala educación, malcriadeza”. Andrés Pavón, mediante llamada telefónica, se sumo a ese criterio al decir: “Fue un acto de intolerancia, que yo no lo apruebo”. Por su parte, Rafael Alegría, en una timorata intervención, sólo acertó a decir que “Pepe no debió ir a ese lugar”. Lo cierto, señores acomodaticios, es que el pueblo no necesita que Eduardo Maldonado ni Andrés Pavón ni nadie lo avale o apruebe en lo que decide y hace contra los responsables y corresponsables del golpe de Estado y de las violaciones a derechos humanos que a diario se cometen en Honduras. Recuerden quién es el soberano.
¿Acaso olvidan Maldonado y Pavón que Pepe también es corresponsable directo del golpe de Estado? ¿Acaso desconocen que Lobo es corresponsable de las muertes de tantos compañeros y compañeras a manos de los cuerpos represores del Estado? ¿Acaso ignoran que Israel Salinas venía a una más de las interminables y desgastantes mesas de negociación del salario mínimo en las que gobierno y empresarios se coluden contra el pueblo? ¿Acaso Andrés y Maldonado no respiran hondo cuando aterrizan en Toncontín los aviones en los que se transportan desde cualquier destino? ¿Acaso no recuerdan que Mel propuso convertir a Palmerola –esa región estadounidense en pleno centro de Honduras- en aeropuerto comercial, para evitar accidentes como el que acabó con la vida de Israel y otras trece personas?
Maldonado, en descomunal exhibición de ignorancia, exige que de ahora en adelante, los resistentes dejemos una nota diciendo quién queremos que vaya y quién no a nuestro funeral y que entre víctimas y verdugos haya tolerancia y amor (así lo dijo). ¡Ja! ¡Pobre ignorante! Pero te complacemos Mal-donado diciéndote que no queremos a Pepe Lobo ni a nadie con olor a golpe de Estado cerca cuando nos toque llorar a ninguno de nuestros hermanos y hermanas en resistencia; no queremos a ninguno de los que hacen cálculos mezquinos a nombre de la libertad del pueblo; no te queremos a vos, Maldonado, cubriendo noticiosamente nuestras muertes para rellenar tus bolsillos acomodados y rastreros.
Y a usted, compañero Rafael Alegría, le pedimos más contundencia ¿Realmente cree usted que la resistencia debió recibir a Pepe con una sonrisa en los labios? Por favor. Ustedes, mal o bien, son parte de la imagen del Frente Nacional de Resistencia Popular, pero recuerden que el Frente como estructura no es nada sin la resistencia como movimiento popular, originario y soberano.
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