13 ideas para cambiarle la suerte al salario de los trabajadores amenazado por los buitres de la publicidad navideña:

sábado, 18 de diciembre de 2010

  1. Celebrar sin fanatismo. No hay dios padre ni dios hijo que se ponga contento con llenarle los bolsillos a esos mercachifles dueños de la payasada mercantil que nos saquea los salarios.

  2. No legitimemos las ideas y creencias del patrón ni de la clase a que él pertenece. No legitimemos los intereses de una clase dominante ni sus ritos ni su modo de vendérnoslos.

  3. No nos dejemos extorsionar: los modos en que la burguesía celebra sus "fiestas navideñas" no tiene por qué ser imitada. No se es "débil", "feo", "perdedor", "pobre" o "tonto" si uno decide hacer con su dinero celebraciones totalmente distintas a las del burgués ostentoso.

  4. Nada de lo que se anuncia la publicidad debe ser comprado si no corresponde a necesidades concretas de los trabajadores. Nada debe ser comprado bajo chantaje, vergüenza o imposición alguna. Se puede discutir abiertamente la compra de artículos o regalos para celebrar, analizarlo con amigos y compañeros de trabajo, comparar precios y hacer compras colectivas. Eso ayuda a no enfrentar en soledad las argucias de la publicidad para engañar y saquear el dinero de los trabajadores.

  5. No comprar llevado por la idea de ser envidiado por todos. No permitir que manipulen nuestros deseos, instintos, antojos, afectos y cariños. Ningún juguete suplanta la relación personal, ningún objeto sustituye la solidaridad y el amor. Ni un solo peso a los manipuladores especialistas en propinar al pueblo golpes bajos para obligarlo a gastar en fetiches perversos.

  6. La publicidad mercantil es la ideología de la burguesía, es el púlpito del capitalismo, no le creamos un ápice. No gastar en Navidad, más allá de lo racionalmente indispensable, no nos hace pecadores, insignificantes ni estúpidos. No dejemos que nos acomplejen.

  7. Es mentira que con regalos se fortalece el afecto. De padres a hijos o de padres entre sí. Los hombres (trabajadores, obreros y campesinos) no dejarán de ser hermanos porque no gasten su salario en complacer a los publicistas. Que por su parte no son hermanos más que del dinero.

  8. Es mentira que en la Navidad de los burgueses todos somos "hermanos", "hijos de Dios"… etc. En estas festividades la lucha de clases persiste y ningún comerciante dejará sus riquezas para beneficiar a los trabajadores, a quienes, por el contrario, esquilma y engaña ayudado por publicistas. Ni un centavo para ellos.

  9. No hace falta emborracharse ni embrutecerse para ser felices. Tampoco se es feliz por gastar mucho dinero. Todavía hay muchos momentos de felicidad que son gratis. Cosa de ingeniárnoslas.

  10. No dejarse "estimular" con las payasadas que inventan los publicistas empeñados en emocionarnos, sensibilizarnos, cachondearnos para que paguemos cualquier precio por cualquier basura.
  11. Ninguna publicidad logrará garantizar "mayor poder sexual", "mágia", "seducción"… los trabajadores no deben conceder ninguna credibilidad a quienes ofrecen paraísos imaginarios ni ilusiones mediocres. Todo lo que buscan es quedarse con el producto del trabajo, saquear lo que le queda al trabajador después de que el patrón ya ha esquilmado los salarios.

  12. Cuestionemos y sancionemos socialmente la publicidad burguesa produciendo interpretaciones críticas y disidentes sobre sus dispositivos ideológicos y sus fines contra la clase trabajadora.

  13. El salario de los trabajadores debe ser defendido por los trabajadores. Especialmente contra la publicidad burguesa.



PUBLICADO POR : LEONARDO GUEVARA

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