GUÍA RÁPIDA DE PARA EL BOICOT A FACUSSÉ

lunes, 13 de diciembre de 2010








El BOICOT ha sido parte de la identidad de Resistencia de los pueblos del mundo desde siempre. Se da, cuando la ciudadanía se descubre vulnerable ante el poder de los poderosos y las estructuras judiciales le son insuficientes para transformar una situación injusta. Más que una opción de mercado, (de si compro o no compro un producto), es un derecho de los pueblos frente a la ambición de las grandes corporaciones; una escuela de concientización y de activismo político.

Cuando Gandhi, en la gesta independentista de la India a principios del siglo XX invitó a su pueblo a no comprar productos británicos, logró con ello provocar grandes pérdidas a las empresas y debilitar al imperio más poderoso de la época; Cuando la lucha afroamericana en pro de los derechos civiles de la comunidad negra de los Estados Unidos tomó ejemplo en Rosa Park, quien se negó a entregar su asiento en el bus para dárselo a una persona Blanca, dio inicio a una de las luchas más importantes del continente que alcanzó el reconocimiento de los derechos políticos de la comunidad negra estadounidense; o las acciones tomadas por los activistas del mundo entero en contra de los productos de de Shell, Kellogg y Coca Cola entre otras, para protestar contra las políticas racistas del gobierno sudafricano del apartheid, acelerando la abolición del régimen segregacionista en 1994; o las actuales acciones en contra de los productos Israelís, en solidaridad con el pueblo de Palestina.

Siempre ha sido igual, una pequeña acción, que da paso a otras pequeñas acciones y luego a más acciones pequeñas que juntas son grandes, de frente a un monstruo gigante, en apariencia invencible, que terminan serruchándole el piso y venciéndolo. Es una acción puntual, parte de un programa de concienciación de consumo ético, o consumo responsable, que se centran en los cambios a largo plazo de los hábitos cotidianos de cada uno de nosotros.

Y aunque el boicot ha sido sólo parte de una diversidad de métodos de lucha, (ninguno de los cuales hubieran obtenido el éxito por sí sólo), es una parte importante, pues toca al final el corazón mismo del capitalismo: el dinero. Significa pues, no consumir un determinado grupo de productos con la intención de provocar un cambio en la política reprobable de una o diversas empresas involucradas en una violación de los derechos humanos y aunque a veces no nos parezca, es una de las acciones más radicales de la lucha, pues las relaciones de dominación de la sociedad se soportan en nuestros hábitos de vida y de consumo.
Por razones obvias, en este boicot contra las empresas de Facussé por las acciones ejecutadas en el Aguán, proponemos que se evite consumir productos Dinant, Issima o de los churros Yummies para provocarle pérdida económica, pero también para cambiar nosotros mismos, pues tan reprobable es Facussé con sus plantaciones de palma de la muerte, como lo son las transnacionales Monsanto o Dole. Las alternativas que lanzamos, también obvias, serían buscar los otros productos más éticos que el mercado nos da (excepto churros, que de todas es mejor no consumirlos y comprar en su lugar tajaditas de plátano artesanales ;)
Una opción en nuestras manos es respaldar las iniciativas de cooperativismo, consumir los productos que se venden en el mercado mayoreo de los fines de semana, o en los mercados de Comayagüela (no se cuales son las opciones en San Pedro Sula, habrá que buscarlas y ampliar este texto). Con ello, los beneficios repercuten directamente en los agricultores independientes, los trabajadores y en la sociedad toda.

Otra idea es organizarnos en cooperativas de consumo a nivel de barrio, es decir, juntar una cantidad de dinero entre un colectivo y comprar al por mayor lo básico para la semana, directamente del productor, eliminando el intermediario, buscando los centros de producción éticos que más favorecen nuestra lucha. De esa forma lograremos fortalecer nuestra organización de base y garantizar la comida para nuestras familias. Si en su colectivo deciden que no pueden vivir sin los sofritos Issima, pueden decidir hacer sus propios sofritos. Les aseguramos que saldrán más baratos, ricos y saludables, a parte pues de divertido.
Ahora bien, como de cambiar nuestras vidas se trata, para con ellos cambiar el mundo, sugerimos otras acciones que si bien no afectan directamente a las empresas de Facussé, sabemos le afectan en sus relaciones de poder, pues todas las empresas golpistas están de una u otra forma relacionadas.
Estos son algunas sugerencias que compartimos con todos y todas para derrocar al régimen represor golpista y construir una Honduras diferente.
Crear y participar de redes de intercambio de bienes o deservicios no mercantilizados. Un centro, en donde una vez al mes, nos reunamos todos con aquellas cosas (aun útiles pero no usadas) que queramos cambiar por otras cosas que nos puedan servir. Ropa, muebles, libros, conocimientos, servicios domésticos, etc. No mediatizar nuestras relaciones por el dinero, fundamentarnos en el valor de uso real en vez del valor de cambio.
Evitar tener nuestro dinero en grandes bancos, Para aquellos que tienen dinero (que no somos todos) debemos tener en cuenta nuestra dimensión como ahorradores, los grandes bancos operan con nuestro dinero con absoluta irresponsabilidad social y medioambiental. Busquemos mejor las cooperativas de ahorro, que si bien pueden ser más “inconvenientes” en tiempo (el capitalismo nos quiere hacer creer que todo debe ser conveniente) es más fácil incidir en las decisiones que en ellas se toman.
No ver los canales ni oír las radios golpistas, ante el control de las elites políticas y empresariales sobre los medios de comunicación, una acción concreta es no verlos ni oirlos, de esa forma le bajamos al raiting y nos liberamos también de los comerciales que constantemente de-forman nuestros hábitos de consumo. Debemos luchar para conseguir espacio en los medios de comunicación alternativos, crear nuestros propios espacios.
Decidir por nosotros mismos cuales son nuestras necesidades de consumo reales. La publicidad de las grandes empresas, es perseverante y tiene una presencia constante en nuestras vidas: nos invade desde que abrimos un periódico, miramos la televisión, encendemos la radio o vamos por la calle. Con ella se nos transmite la idea de que determinados productos o servicios son obviamente necesarios y que consumirlos es imprescindible. Una opción es hagamos una lista de las cosas que consumimos durante la semana y compremos basados en los criterios antes mencionados, no por lo que el comercial nos dice.
Crear interferencias o dar la vuelta a los mensajes publicitarios. En reacción a la invasión de la publicidad y de su permanente y exponencial presencia en la esfera pública, podemos intervenir la publicidad física para que vayan en contra de las corporaciones y de la imagen de la marca en la que tanto invierten. Intervenir, por ejemplo los anuncios de Facussé con pintas, o pegatinas denunciando que sus productos venden muerte. Esta especie de boicot publicitario se puede practicar en anuncios físicos, pero también a través de internet.
Usar los medios electrónicos, el Internet, los mensajitos gratis que “nos regalan” las empresas de telefonía para compartir la información con amigos y familia con un mensaje claro, comprar estos productos, es matar campesinos y campesinas.


Algunas empresas y marcas que podrán ser boicoteadas:
Yummies Zambos, tajaditas y yuquitas Yummies Ranchitas, nachos y jalapechos Cappy, maíz con queso, gorditos y tornitos Zibas, papas y anillitos de papa Ziba’s Costi Rica, papas fritas Ziba’s francesa, papas a la francesa Taco del Rancho, picante, jalapeño y barbacoa Chicharrones del Rancho, limón y picosito Mazola, aceite y margarina, manteca Pura Íssima, pasta de tomate La Rojita y Sofrito Íssima, salsas para pastas Ranchera, Tomate y Albahaca, hongos y 3 quesos Íssima, Ketchup Isssima, sopas de pollo, camarón, res, pollo Oriental Íssima, spaguetti y tallarines Íssima, consomé de gallina y de pollo Frutas y vegetales Áltima Detergente y jabón Xedex Detergente y jabón Audaz Detergente y jabón Ganex Grupo Dinant, antes Corporación Cressida Químicas Magna Cressida Industrial Químicas Láser Alimentos Dixie Dinapower, biocombustibles.

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